¿Por qué me da $1.20, señorita? Sólo son 80 centavos. Tenga, le devuelvo. Yo no robo, para que Dios me bendiga.
Otros pensarán que la oportunidad de robar es la bendición a aprovechar. Ahora o nunca. El arca abierta. En la zona de cortes, juzgados, ministerios, asambleístas y Contraloría, cobra un tono sarcástico tanta honestidad.
La señora de la zona azul reembolsando 40 centavos del parqueadero. Y yo que creo en un Dios de la justicia, por así soy y me gusta creer que cosas buenas le pasan a la gente buena, espero que la bendiga. Eso quiero creer que ocurrirá.