-Il reste à l’écart? -Non, Il agit à travers nous, les hommes. Il nous éclaire, Il nous encourage, Il nous rend généreux, opiniâtres. Sitôt que nous comprenons cela, nous saisissons que nous avons la charge de Le faire exister, ici et maintenant, sur cette terre. -Sur cette terre, pas au ciel? Il approuva gravement. -Dieu est entre nos mains.
El monje que brinda abrigo a Anne, la joven que no encontraba el sentido de la vida dentro de lo tradicional de la época para una mujer en la Brujas medieval, le habla de Dios:
-¿Él se mantiene alejado? -No. Él actúa a través de nosotros, nos ilumina, nos anima, nos hace generosos, obstinados. En cuanto lo entendemos, nos damos cuenta de que tenemos la misión de hacerlo existir, aquí y ahora, sobre esta tierra. -¿En esta tierra? ¿no en el cielo? Él asintió con seriedad. -Dios está en nuestras manos.
Du roman: La femme au miroir Eric-Emmanuel Schmitt